ChileSantiago-Valparaiso
Otra vez, para variar, llego a un hermoso país en el que soy acogido como si fuera de la familia y cuanto más me gusta menos tiempo para estar dispongo, como dije en el artículo de Argentina así tengo un pretexto más para volver... ¿Qué fue antes el país o el picante? Pues bien, creo fue el nombre de la guindilla el que debido a su parecido con el país se puso después, ya que los indios Aimarás, antiguos pobladores de estas tierras, le pusieron de nombre Chile o 'donde se termina la tierra'.
Ya desde el avión fue impresionante atravesar la Cordillera de los Andes y casi rozando los picos nevados descendimos en picado para aterrizar en Santiago, imaginad la buena situación geográfica de la ciudad que está protegida por las grandes montañas brindándole un hermoso e irregular horizonte... pero no hay bien que por mal no venga ya que esto origina grandes neblinas que cubren frecuentemente la ciudad...
Pasé estos dias con mis guías particulares Glo y Eve, que a parte de su hospitalidad compartieron conmigo su inagotable buen humor... En Santiago visité el centro, Santa Lucía, la Catedral, los artistas de calle, subimos en teleférico a San Cristobal, fuimos hasta Melipilla en plena sierra, etc,...
Durante toda la semana pude también disfrutar de unos preciosos amaneceres, mejor dicho despertares, en los que varios colibrís o picaflor (foto), llegaban hasta bien cerca para darme los buenos días... lindo, lindo...
A mitad de semana visitamos Valparaiso, hermosa ciudad portuaria y d

eclarada patrimonio de la humanidad por la Unesco; La ciudad se presenta como una real alternativa, con hermosos paisajes naturales y urbanos, lugares típicos y únicos rincones misteriosos... Destacan los innumerables ascensores que a pesar de su longevidad hacen menos duras sus empinadas cuestas, es como si acercaran sus cumbres al mar... Sus habitantes construyeron la ciudad espontáneamente, subiendo por las faldas de los cerros, convirtiéndolos en racimos de casas multicolores que desafían la gravedad y el vértigo. Aquí visitamos la casa de Pablo Neruda, una preciosa chabola decorada con esquisito gusto y con hermosas vistas, que, incluso hoy convertida en muséo inspira dulces palabras a sus visitantes... También nos dimos el gusto de comer marisco, lo mas típico es la 'paila marina', una sopa de pescado llena de mejillones, almejas, etc,... Por la noche fuimos a comer otro plato típico en el lugar mas mítico aun: Chorrillanas en el J.Cruz, la chorrillana es un plato 'colesterólico' perfecto para la juerga... patatas fritas, huevo, carne,... así que despues hicimos un poquito de fiesta, dicen que en Valparaiso la noche nunca acaba... afortunadamente estabamos bastante

cansados como para continuar hasta tarde...
Me resulto muy divertido el lenguaje chileno y sus tradiciones, aquí por ejemplo no toman la merienda, hacen el 'once', del cual logré descifrar el origen de la expresion y es que antiguamente decir tomar un once era una clave para tomar aguardiente... y si no, cuenten las letras... cachai? El 'once' es una merendola, con té, café, tostadas, queso y sobretodo palta (aguacate), riquísima...
De vuelta en Santiago pasé mis ultimos días en América con mi amigo Juan Pablo y su bonita familia, nos hicimos una rápida incursión en el Cajón del Maipó, un valle situado en las mismas faldas de los Andes... Una pena no disponer de más tiempo en Chile, ya que me quedé con muchas cosas pendientes, pero todo no se puede...
En este tiempo que llevo de viaje, y ya pasado el ecuador, sólo tengo buenas palabras para describir todo lo que he visto, sentido, compartido y disfrutado de estas her

mosas tierras y sus más aun hermosas almas, y aunque mi cabeza ya esté pensando en nuevos horizontes y saltar más charcos, mi corazón se ha impregnado, ha absorbido con regocijo y se ha estremecido al haber vivido, conectado y profundizado con la Gran Latinoamérica.