1 de octubre de 2006

Camboya

Phnom Penh-Angkor


Arriesgadas peripecias las que tuve que pasar para llegar a la capital de Camboya, ya en la frontera no podía sacarme el visado puesto que no tenía fotos de carnet, las opciones eran o retroceder unas cuatro horas hacerme las fotos y volver, o pagar un buen soborno a la policía... como comprendereis no estaba dispuesto a aceptar ninguna de las dos... conseguí el visado con un poco de ingenio, una poquita persuasion, bastante suerte y arriesgando el tipo: descubrí que tenía a mi lado y con fotos de carnet a mi hermano sueco, un calvo muy simpático de ojos azules llamado Jane...imaginad... Una vez en tierras camboyanas el desafío fue llegar vivo a Phnom Penh, las primeras 10 horas el chófer (si se le puede llamar así...) no bajaba de 100km/h, y claro eso no es mucha velocidad en condiciones normales... en Camboya es un suicidio... la puerta lateral se abría, así que tuve que apañar sujetándola con las cinchas de la mochila... ya de noche el señor conductor empezó a aminorar la marcha... baches? curva peligrosa? control? no, sencillamente se dormía... el hombre no quería aceptar su cansancio y decía que estaba bien, pero al minuto se dormía... así que tras varias collejas, radio a tope y preguntas varias, un definitivo: STOP THE CAR! valió para que parara, se lavara la cara, etc,... le propuse llevar yo la Vanette, pero el hombre insistía que estaba bien... en fin, yendo a 30km/h las tres últimas horas del viaje llegamos por fin a esta hermosa ciudad... Aquí en Phnom Penh visité varios lugares, el super activo mercado ruso, el Wat Phnom un templo situado en la colina de una montaña repleta de monos en medio de la ciudad, etc,... pero lo que más me impactó fue el Toul Sleng, S21 o también llamado Museo del Genocidio. Aquí pude enterarme un poco de la triste y reciente historia de este país, en el que tan sólo hace 26 años el terrible ejercito Khmer Rouge con el dictador Pol Pot a la cabeza acabo con la vida de dos millones de civiles (el 20% de la población). El S21 era una escuela de primaria y el Khmer Rouge la convirtió en centro de tortura donde traían "presuntos antirrevolucionarios" y tras torturarlos los mandaban a los Killing Fields (campos de la muerte) en las afueras de la ciudad. Este dictador puso en búsqueda y captura a todas aquellas personas de alto desarrollo intelectual, o sea se cargo a la mayoría de profesores, escritores, científicos, médicos, etc,... y hasta el hecho de llevar gafas era motivo suficiente para perder la vida... Todo se ha mantenido exactamente igual que como lo encontraron los militares Vietnamitas que liberaron Camboya de esta pesadilla, así que imaginad la dureza e impacto del lugar... El dictador cedió el poder, pero se refugió en la selva al noroeste del país donde hasta el año 95 siguieron las guerrillas; Debido a esto, Camboya es también uno de los paises del mundo con más minas antipersona, y eso se percibe al ver pasar cantidad de mutilados, etc,... A pesar de todo, el pueblo camboyano es sorprendentemente alegre, por la calle toda la gente te saluda y están dispuestos a ayudarte en lo que sea, hablando en perfecto inglés... Aquí en Phnom Penh me alojé en un económico (2 E) hostal junto al lago, donde disfruté a diario de sus hermosos atardeceres... Salí de Phnom Penh por la mañana en un bus que tardaría unas siete horas, esta vez sin tortura emocional añadida, en llegar a Siem Riep, la ciudad construida a escasos kilómetros de los exuberantes templos de Angkor. En total más de mil templos se extienden por estas fértiles y selváticas tierras, templos construidos entre los siglos XIX y XIV por 39 diferentes generaciones de reyes, autoproclamados también Dioses; Pero cuando Angkor estaba en su máximo esplendor el imperio se vino abajo con la invasión de los terribles siameses, arrasando la ciudad, devastándola de tal manera que hasta el siglo pasado este lugar era desconocido para el mundo... Hoy en día es un enclave artístico importante, considerado una de las siete maravillas del mundo, y a pesar de que el turismo en masa le resta puntos es una visita obligatoria si uno viene al sureste asiático... Los templos más importantes son Bayon (con sus impresionantes caras de piedra) dentro del complejo Angkor Thom y el gigantesco Angkor Wat, la construcción de culto más grande del planeta... Tras dejar mis babas por las ruinas, aun estupefacto y exhausto por la dura jornada pasé una noche más en Siem Riep y después de visitar una interesante granja de seda abandoné el país por la frontera oeste con Thailandia, de aquí me bajé hasta Trat desde donde cogí un barco a la isla de Ko Chang, un paraiso perdido en el que a pesar del mal tiempo me pude relajar estos últimos días antes de dirigirme a la ruidosa Bangkok, donde visite el precioso Palacio Real e hice mis últimas compras antes de volar a India.