PerúAyahuasca-Chirisanango
Antes de escribir este artículo me gustaría aclarar que toda la información que os voy a contar está basada en las experiencias que yo he tenido. Estas experiencias creo que son muy subjetivas y personales, resulta una taréa imposible describiros en este medio mis sensaciones, en cualquier caso intentaré explicaros esta inolvidable aventura.
El primer contacto que tuve con la ayahuasca fué con el Maestro Solón, un octogenario considerado uno de los patriarcas de la medicina vegetalista del Amazonas; La ayahuasca es una liana amazónica que se usa a modo de planta medicinal con fines curativos, generalmente se usa para purgar las negatividades físicas, mentales y espirituales; También proporciona una visión introspectiva de quien la usa, ayudando así a verse a uno mismo desde un punto de vista externo.
La planta se cocina junto con unas hojas de chakruna para crear el brevaje. Cada toma va acompañada de una ceremonia, en la que inicialmente se bendicen tanto las personas que la van a tomar, como el lugar, como los instrumentos: ayahuasca, vasito, agua florida, mapachos (tabaco p

uro), thimolina, aguardiente con alcanfor, entre otros... La ayahuasca tras ser tomada, tiene un efecto de mareación en el que todos tus sentidos se sensibilizan, este efecto dura unas 3 horas; En este tiempo el Maestro o Shamán permanece cantando unos "icaros" y va llamando a los presentes a sentarse en frente suya para realizar lo que es el ritual de "limpia", con la xacapa (maraca hecha con hojas de la xacapa) golpéa repetidamente en tu cabeza, hombros y espalda; También con el cigarro de mapacho sopla por tu cuerpo, en el pecho, en la espalda, en tu corona y en tus manos... Esta primera vez tuve una fuerte mareación, empecé a ver todo luminoso, como envuelto en neón, venían a mi todo tipo de imagenes, tanto reales como ficticias o de dibujos animados... La purga tuvo su efecto y tuve que ir al baño a sacar todo ese peso de mis entrañas... El único pero que tuvo esta ceremonia fué el lugar, ya que como el Maestro a sus 87 años no puede salir a la selva, lo hicimos en su casa con el consiguiente problema de los ruidos externos que una ciudad tiene. Así pues a los días me fuí con el Maestro Ernesto Miranda a su chacra (casita) de la selva... Para acceder al lugar tuvimos que navegar en un nuevo concepto de medio de transporte llamado "chicken boat", aquí si que vale todo, el que primero

llega se cuelga la hamaca en un buen lugar, el barco se va llenando de gente hasta que no hay un sólo espacio para sentarse en el suelo... en la parte de abajo se cargan las mercancías y también los animales... gallos, gallinas, pavos, frigoríficos viejos y vaciados puestos horizontalmente llenos de pescado...y hasta un enorme cerdo que apenas pudieron entre 7 personas meterlo dentro... Tras 20 largas horas de ruta, navegando por el Amazonas dirección a Brasil a mano izquierda se entra al afluente Yanashi (el Amazonas tiene más de 500 afluentas navegables, nace a 5.000msnm, una profundidad media de 50m, 4.500km de longitud y una anchura de entre 4 a 6 km...) por el que navegamos una hora hasta llegar a la chabola.
En esta semana me puse a prueba en todos los sentidos... el objetivo de venirse hasta aquí era poder "dietar" el chirisanango; El chirisanango es una raiz de un árbol con el mismo nombre, la cual se limpia, luego se pela la corteza y ésta se deja en remojo toda la noche, al amanecer se prensa bien y esas go

ticas (con sabor a regaliz de palo) son las que se toman; Su propiedad es proteger y fortalecer el cuerpo, en concreto articulaciones, huesos y músculos; Para que el cuerpo sienta su efecto hay que realizar esta "dieta" que consiste en no darle sal, azucar, alcohol, cerdo, sexo, no tocar el fuego,... en resumen, arroz cocido en agua y pescado puesto al fuego con escamas y tripa, no podia comer fruta, ni verdura, ni siquiera lavarme los dientes o bañarme (en el río) con jabón... Tras la toma del chirisanango comienzas a tener frío y dormidera en la boca, entonces hay que darse un buen chapuzón... estuve dos días sin poder comer, ya que estos primeros días no hubo pesca y el pescado que me daba el Maestro era simplemente soleado, o séa incomible... Más adelante conseguí tragar el arroz y los pescaditos (como sardinas de río y una especie de pirañas con 1000 espinas) por mi propio bién ya que no tenía fuerzas ni para levantarme... Durante la semana hicimos también tres tomas de ayahuasca, esta vez si que tuvo un buén resultado, ya que pude visualizar mucho mejor y sacarle más provecho a cada toma... en las ceremonias vinieron personas del poblado Yanashi, y un curandero Yahua (tribu del Amazonas) con problemas en sus ojos... Posiblemente haya sido una de las semanas más largas de mi vida, nunca jamás había pasado tanta hambre, pasaron por mi cabeza todas las comidas

de mi vida, las comidas ricas de la ama, mi primera papilla, carnes, dulces, pasta, queso, chocolate, tapas, bocadillos, patatas, txistorra, lentejas, callos, pizzas, gominolas, yogures, helados, urrezizes, cous-cous, etc, etc, etc,... y hasta las cosas que no me hacen tanta gracia e incluso comida que algún día rechacé me venía a la cabeza como el mejor manjar... Pero sin lugar a dudas valió la pena, todo este sacrificio gastronómico, unido a el aislamiento (la chabola estaba completamente lagada por el agua del río bastante crecido todavía), el entorno natural tan salvaje, la efectiva y revitalizante toma de las plantas y sobretodo la paz, despertaron una serie de emociones, de sentimientos en mi interior que me han hecho sentirme más fuerte, más seguro, en definitiva mejor. Pude llegar a meditar alcanzando una serenidad que nunca había sentido. También aproveché para escribir todas estas sensaciones, para leer, darme un paséo en canoa (no es nada fácil), ver enormes delfines (bujeos) subir por el río a por comida y bajar por la tarde... contemplar los preciosos amaneceres o la aùn más hermosa Luna llena..."que con sus blancos rayos atravesaba la frágil pared con

struida con listones de caña, iluminaba mi débil cuerpo dibujando una cálida silueta zebril, penetrando en él hasta el fondo de mi ser y tatuando eternamente en mi alma un código de barras declarándome con su dicha que soy producto de su creación..."
Gracias Luna, gracias Mamá.